Durante la jornada del 23 de julio de 1812 los albenses fueron testigos de la retirada en masa de un ejército imperial, comandado por el mariscal Marmont, a través del puente de su ciudad y los vados del Tormes en dirección a Peñaranda de Bracamonte. Miles de atribulados soldados franceses huían tras haber sufrido una gran derrota el día anterior en la batalla de Los Arapiles, buscando el amparo de las tropas del rey José I Bonaparte, que marchaban en su ayuda desde Madrid.