A comienzos del mes de septiembre de 1811 el grueso de las tropas británico-portuguesas de Lord Wellington ocupaba posiciones cercanas al pequeño pueblo de El Bodón. El Ejército de Portugal francés, ahora al mando del mariscal Marmont, también concentró una considerable fuerza en la zona. Este hecho obligó a Lord Wellington a retirarse hacia territorio luso, aunque mantuvo en una posición entre las localidades de Pastores y El Bodón a la 3ª División al mando del general Picton, con la misión de proteger y asegurar la retirada.
El 25 de septiembre de 1811 Marmont adelantó una fuerza de unos treinta escuadrones de caballería apoyados por la artillería y unos 15.000 hombres de infantería. Los aliados, muy inferiores en número, defendían una posición elevada junto a El Bodón, en la carretera hacia Fuenteguinaldo, así que el enfrentamiento era inevitable.
En un momento dado del combate, los franceses lograron alcanzar las baterías artilleras portuguesas y hacerse con dos cañones. Es en este punto donde se produce un hecho épico sin precedentes, recordado por la historia militar británica como una de las gestas más heroicas de las llevadas a cabo por sus soldados. Algo insólito ocurrió: dos regimientos de infantería británicos, el 5º y el 77º, cargaron a la bayoneta contra la caballería francesa, recuperando las dos piezas de artillería perdidas y haciendo retroceder al enemigo. Y no terminó ahí la gesta, ya que, cuando la infantería francesa que venía en apoyo estaba a punto de llegar, Wellington, siempre prudente, ordenó la retirada de los defensores. Para proteger el repliegue, los aliados formaron dos cuadros contra los que la caballería francesa cargó varias veces sin conseguir doblegarlos. Esta circunstancia permitió a los británicos retirarse ordenadamente hacia posiciones más seguras. El mariscal Marmont y Wellington volverían a verse las caras en la batalla de Los Arapiles unos meses después.
Tras el rosario de derrotas sufridas por los diferentes ejércitos españoles durante el otoño de 1809 en Uclés, Ocaña y Alba de Tormes, el escenario más probable era que los franceses iniciaran una nueva invasión de Portugal en el año 1810, aunque no sin antes asediar y tomar la fortaleza fronteriza de Ciudad Rodrigo.