El brigadier Tomás García Vicente, natural de Masueco y creador de la unidad guerrillera conocida como la Legión de Honor de Castilla, entrega a la Regencia en Cádiz una Representación sobre las Ocurrencias de Castilla, en la que se queja de la conducta de las guerrillas, sobre todo de la de Julián Sánchez “El Charro”, y pide que todos los guerrilleros, empezando por él mismo, sean sometidos a juicio. Considera que la única solución al problema de la guerrilla -necesaria para la guerra, pero que ha sumido al país en una ola de robos y extorsiones por parte del ejército- es la inmediata creación de la Milicia Nacional.