Julián Sánchez era un veterano del regimiento Mallorca que se licenció en diciembre de 1805 y que se vio forzado a tomar las armas, como otros tantos paisanos españoles, al ver su país invadido por las tropas de Napoleón.

En agosto de 1808 se presentó en Ciudad Rodrigo para alistarse en el regimiento de caballería de los Voluntarios de Ciudad Rodrigo, que con el tiempo terminaría convirtiéndose en el regimiento Lanceros de Castilla, una unidad del ejército regular pero empleada principalmente en operaciones de guerrilla tales como emboscadas, interceptación de convoyes, espionaje y hasta captura de mandos, como la del gobernador francés de Ciudad Rodrigo en 1811.

Ya ostentando el grado de brigadier, estuvo presente en la batalla de Los Arapiles al mando de una brigada mixta de caballería e infantería.

Wellington siempre lo tuvo en gran estima porque las valerosas acciones de guerrilla de Julián Sánchez y sus lanceros le resultaban especialmente útiles entre batalla y batalla aunque no fue tan estimado por algunos en el Campo Charro, ya que recibió acusaciones de extorsión y robo de ganado, que luego vendía en Portugal, por parte de varios ayuntamientos del Campo Charro.