Unos meses después, tras el fracaso de Lord Welllington en el asedio al castillo de Burgos, los franceses contratacaban con el objetivo de recuperar Salamanca. El día 14 de noviembre de 1812 era el ejército aliado el que se batía en franca retirada a través del puente de Alba de Tormes, buscando la protección de la fortaleza de Ciudad Rodrigo, que todavía quedaba muy lejos.
El castillo de Alba de Tormes fue el escenario entre el 14 y el 24 de noviembre de 1812 de la épica defensa de las tropas españolas al mando del teniente coronel José Miranda y Cabezón frente a los franceses, entre los que se encontraba el mismísimo rey José, al que estuvieron a punto de capturar. Miranda y sus hombres de los regimientos Monterrey y Voluntarios de Rivero facilitaron la retirada del ejército aliado y evitaron el cautiverio iniciando una Anábasis a la española que los llevaría de sus escondrijos en los encinares del Campo de Peñaranda a cruzar la Sierra de Gredos, alcanzar Plasencia, pasar a Portugal y desde allí hasta su destino final, Orense, su tierra de origen.