El gusto por los colores chillones entre las mujeres de clase baja es menos frecuente en Salamanca que en la mayoría del Reino de León. Las criadas de esta ciudad visten generalmente atuendos marrones y mantillas negras. Sin embargo, el amor por la indumentaria elegante todavía puede observarse en las cintas de colores que llevan cruzadas en el pecho a modo de pañuelos, y en las cenefas policromáticas de sus mandiles. El carácter general de esta forma de vestirse les favorece, y tanto las mujeres de esta clase como las damas españolas destacan por su porte y su andar airoso.